Los antiguos tejares u hornos tejeros eran imprescindibles en las sociedades rurales de antaño, pues proporcionaban tejas, ladrillos, baldosas u otros objetos cerámicos necesarios para la construcción de edificios.
Su trabajo artesano constituía, en la mayoría de los casos, una de las escasas industrias de los pueblos.
En Santa Marta también hubo ejemplos de antiguos tejares, como el de Las Suertes o el de La Dehesa. También en el campo los hubo, como en Las Capellanías o, quizás, en La Marquina. Todos ellos los descubrimos en este nuevo artículo.