jueves, 10 de enero de 2019

Santa Marta de Magasca. Un pueblo con futuro

Santa Marta de Magasca. Un pueblo con futuro

El medio rural urge de actuaciones decididas que vayan encaminadas a su desarrollo y evitar la despoblación. No hay una fórmula que garantice buenos resultados, pero los recursos endógenos, es decir, los recursos propios de cada zona, deben ser el punto de partida de esas actuaciones. Algunas zonas tienen corcho, otras dehesas de encinas que sustentan cerdos ibéricos, otras quesos, vinos, olivos, higos, regadío, etc. ¿Pero, qué tiene la zona de Santa Marta de Magasca?

Santa Marta se ubica en la llamada Penillanura Trujillano-cacereña, un vasto territorio que ocupa una posición central en la provincia de Cáceres, con relieves peniaplanados de llanos alomados, que forman paisajes monótonos sólo rotos por algunas pequeñas montañas y el encajonamiento de los ríos, que dan lugar a los llamados riberos, lugares de fuertes pendientes y frondosos bosques de encinas y acebuches.

Santa Marta tiene una peculiaridad que muy pocos municipios ofrecen. Normalmente, en Extremadura, es muy difícil que un pueblo diste de otro más de 10 km. Nuestra localidad se sitúa en una posición solitaria. Si vemos el territorio que queda entre el Río Almonte al norte, la Autovía de Madrid (A5) al este, la de la Plata (A66) al oeste y la de Trujillo-Cáceres (A58) al sur, con casi mil km2, es el único municipio que encontramos, junto con la Aldea del Obispo que se encuentra en los límites de esta zona. ¿Por qué no hay más pueblos en un territorio tan amplio?

Esta zona no fue siempre muy apta para aprovechamientos agrícolas. Suelos pobres, de escaso rendimiento, con la pizarra aflorando a nivel de superficie. Una tierra tan inhóspita, en apariencia, no debió ser demasiado atractiva para nuestros ancestros, que prefirieron ocupar las fértiles vegas de los grandes ríos y las zonas con más recursos.

Históricamente nuestros campos fueron grandes latifundios en manos de unos pocos propietarios, en los que la ganadería extensiva era casi el único aprovechamiento.

Esta circunstancia no ha impedido que nuestra zona haya albergado actividad en distintas épocas históricas, como así lo atestiguan numerosos restos arqueológicos e históricos. Pero con tan poca densidad de gentes y trabajos, se ha producido un hecho muy positivo para el entorno natural, como ha sido el hecho de llegar hasta nuestros días con un valor de conservación como pocos.
Y es este el principal legado, entre otros, que nos puede suponer una oportunidad de futuro. ¿Pero, cómo podemos beneficiarnos los marteños de nuestro entorno natural?

Dos son los puntos fuertes que tenemos: LA CAZA MENOR y la OBSERVACIÓN DE AVES.
En el primer caso, Santa Marta es un referente mundial de la caza de la perdiz. Mundial, sí. De todos los continentes y de todos los países han venido aquí, a estos campos, a cazar la especie más emblemática de la caza menor: la perdiz roja (Alectoris rufa). Tradicionalmente esta actividad ha supuesto un peso importante en la economía de los marteños, y actualmente son varias las empresas cinegéticas que trabajan en la zona. Ante tan ingente recurso, ya consolidado, ¿por qué no poner en marcha iniciativas locales que trabajen en el sector y en nuestra propia tierra?
En el segundo caso, cabe destacar que nuestra zona es, tras Monfragüe, el área que más turismo ornitológico atrae a Extremadura. Y la razón de ser está en ese entorno natural tan bien conservado del que hablábamos. Si la perdiz roja era la reina de las especies cinegéticas de nuestros campos, la avutarda (Otis tarda) lo va a ser para los que disfrutan observando aves. Ésta y otras especies de aves esteparias, como el sisón, la ganga ortega y la ibérica o el alcaraván, atraen a miles de turistas al año. Además, rapaces como los buitres o las águilas, como la imperial ibérica o la real; y un amplio abanico de especies de varios tipos, suponen un reclamo y un recurso de primer orden, dentro del auge generalizado de este tipo de turismo. ¿Pero, tiene repercusión en nuestro pueblo y comarca esta actividad tan poco conocida para nosotros, pero que lleva años dándose?

En nuestra comarca sí. Desde hace años se han desarrollado varios proyectos de casas y hoteles rurales, así como de guías de naturaleza y rutas. Pero en nuestro pueblo, única localidad de esta amplia zona, hasta ahora no había habido ninguna acción. El Ayuntamiento de Santa Marta de Magasca lleva un año trabajando para potenciar los recursos y actividades que puedan surgir en torno a ellos, por lo que ha apostado por desarrollar el turismo, en especial el de naturaleza. Dentro de las acciones que el Ayuntamiento va a poner en marcha, está la construcción de la PRIMERA CASA RURAL DE SANTA MARTA, que esperamos que sea el punto de partida de otras iniciativas. Esta casa rural va a estar orientada para el turista de naturaleza, aunque puede suponer un alojamiento de primera calidad para cualquiera que, por distintos motivos, quiera pasar una agradable estancia en un lugar único.

Con esta, y otras medidas, pretendemos ayudar a diversificar nuestra economía local y comarcal, que hagan de Santa Marta un lugar donde poder tener futuro. El medio rural puede ser y es una alternativa factible de desarrollo. Nuestra posición es doblemente ventajosa: por un lado tenemos buena comunicación y cercanía a Cáceres y Trujillo y las principales vías de comunicación de la provincia, y a la vez gozamos de un carácter rural único y singular.
Santa Marta siempre ha sido un pueblo acogedor, familiar y cercano. Queremos que además también sea emprendedor. Los recursos están ahí, y la voluntad administrativa e institucional es decidida. Queda trabajar entre todos, en crear y creer en nuestros proyectos.

Pincha aquíNoticia del Diario HOY

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