EL
TECHO DE SANTA MARTA DE MAGASCA
Por
Andrés Alberto Amarilla Toril.
Cronista
Oficial de Santa Marta de Magasca
“El techo de” es un título que nos evoca a una gran cumbre o una
elevada sierra. Para un alpinista, nuestro “techo” marteño le daría para poco
más que un pequeño saltito, pero lo cierto es que es el punto más elevado de
todo el municipio.
Nuestro pueblo se
encuentra enclavado en un relieve más o
menos llano: la Penillanura Trujillano-Cacereña. De formas alomadas, no es
otra cosa que una llanura moldeada por las fuerzas erosivas, en especial la
acción del agua, que ha provocado que tras miles de años, los ríos, arroyos y
regatos se hayan encajado en esta unidad paisajística, de tal manera que la
uniformidad que suele presentar un llano queda rota por las pendientes que la
hidrogeomorfología le imprime. A mayor caudal, mayor encajonamiento. Y, aunque
en llano, nosotros también tenemos nuestras cuestas, parecidas a las serranas, si
bien para ello haya que partir de o bajar a las “zanjas y tajos” fluviales.
Las cumbres, las
mayores elevaciones de esta zona, suelen ser pequeñas montañas de pequeñas
sierras que a modo de islas entre el mar peniaplanado, sobresalen para dar otro
color al cada vez más prolongado dorado estival. De serranos tenemos poco los
marteños, y solo en lontananza, mirando hacia Cáceres (ejemplo de sierrilla-isla), Montánchez, Las Villuercas o Gredos, intuimos las montañas o montañitas. A
nosotros nos quedan cerros y poco
más. Y en uno de esos está nuestro “techo”, al menos el más cercano al núcleo urbano. ¿Cuál es? Pues no hay que andar
mucho para encontrarlo, y tampoco habría que hacerlo demasiado en nuestro
pequeño término municipal, cuyo territorio está coronado por un vértice
geodésico.
Los vértices geodésicos son pequeñas
construcciones hechas con cemento, consistentes en una gruesa base o pilar cúbico (medio metro de alto por uno
de ancho aproximadamente) rematado por un cilindro (algo más de un metro de
alto por algo menos de medio de diámetro). La mayoría estaban pintados de
blanco, aunque el paso del tiempo ha borrado la huella de la pintura. Una placa
metálica situada en la parte frontal indica lo que representan, además de
contener una seria advertencia. En España hay unos once mil vértices geodésicos
y suelen situarse en los puntos más elevados de una zona.
La historia de estas construcciones, hoy desapercibidas y
desconocidas, es reciente. A mediados de
los años setenta del siglo XX, se llevaron a cabo una serie de cambios en la
estructura de las redes geodésicas españolas que modificaban las categorías y
las órdenes que utilizaban los topógrafos y cartógrafos para elaborar los mapas
y trabajar con los sistemas de coordenadas vigentes en esos momentos. A través
del Instituto Geográfico y Catastral, el Estado llevó a cabo las construcciones
de los vértices geodésicos en sitios estratégicos, desde los cuales se podían
establecer los cálculos para las mediciones. La Ley 11/1975, de 12 de marzo,
sobre Señales Geodésicas y Geofísicas, establecía medidas de protección y
uso para estos pequeños monolitos de cemento:
- Preámbulo:
Las señales geodésicas y geofísicas son marcas o construcciones efectuadas
sobre el terreno con el fin de determinar en él, de modo preciso y permanente,
puntos sobre los que se han realizado ciertas medidas geodésicas o geofísicas,
asociadas a valores numéricos de una u otra índole, deducidos mediante el
cálculo.
(…) está justificado
calificar los trabajos geodésicos y geofísicos y las señales que como resultado
de ellos se instalen en el terreno, como de interés público para salvaguardar
así la importante misión y permanencia de la red geodésica nacional, (…).
- Artículo
segundo: Las señales a que se refiere la presente Ley tendrán carácter
permanente y serán de los siguientes tipos: Uno. Geodésicas.—Son las
constituidas por obras de fábrica, cuyo elemento esencial es un pilar de
observación en el que la altura es función de las necesidades de la red.(…).
- Artículo quinto: Tanto las señales como los trabajos para su ubicación, construcción o reconstrucción, mantenimiento y utilización por el Instituto Geográfico y Catastral, se declaran de utilidad pública y estarán bajo salvaguardia de la Ley. (…).
- Artículo quinto: Tanto las señales como los trabajos para su ubicación, construcción o reconstrucción, mantenimiento y utilización por el Instituto Geográfico y Catastral, se declaran de utilidad pública y estarán bajo salvaguardia de la Ley. (…).
- Artículo
sexto: Las señales son propiedad del Estado, (…).
Su reglamento
correspondiente, establecido por el Real Decreto 2421/1978, de 2 de junio,
por el que se aprueba el Reglamento de la Ley 11/1975, de 12 de marzo, sobre
señales geodésicas y geofísicas, establecía medidas para su custodia y
salvaguarda y las competencias correspondientes. En el primer artículo se nos
indica lo que señala la placa de la que hablábamos:
- Artículo
1º. Las señales a que se refiere la Ley 11/1975, estarán identificadas de la
siguiente forma: 1. Las Geodésicas: Mediante una placa de forma elíptica cuyos
ejes medirán 30 y 20 centímetros, como máximo, con la siguiente inscripción:
«Instituto Geográfico Nacional (o Instituto Geográfico y Catastral) vértice
geodésico la destrucción de esta señal está penada por la Ley».
- Artículo
2º: La custodia de las señales queda encomendada a los Alcaldes de los términos
municipales en que radiquen, los cuales cuidarán de que no se destruyan, se
deterioren o se entorpezca su uso.
Nuestro vértice geodésico,
el único del término municipal, corona, como hemos señalado, la cota máxima del
mismo: 391’169 m. Su nombre es “Valdehonduras”, por ubicarse en esta finca, y
se sitúa un tanto escondido, junto a la depuradora y depósito de agua
municipal. Su construcción tuvo lugar el 26 de diciembre de 1977.
Datos de la ficha del vértice geodésico “Valdehonduras”. Fuente: Área de Geodesia, Subdirección General de Geodesia y Cartografía; Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. 2020.
Desde
esta zona se divisa una extensa
panorámica de la Penillanura, teniendo de fondo las montañas de Gredos al
norte, las Sierras de Cáceres al oeste, las Sierras de Montánchez al sur, y
Trujillo y las Villuercas al este. Y entre este punto y la sierras los valles
de los ríos de la cuenca del Tajo (Almonte, Tamuja y Magasca), cuyos cauces se
encajan dando lugar al frondoso y abrupto paisaje de riberos.
Al
ser este el lugar más elevado de todo el
término municipal, una vez terminado el embalse de Santa Marta, se
construyó, junto al vértice geodésico, el depósito de agua municipal, desde
donde por gravedad se abastece a todo el pueblo.
Con
el desarrollo de los satélites y la
tecnología GPS, estos vértices geodésicos han perdido su función original,
y han quedado casi como pequeños monumentos que nos indican que desde esos
puntos, al menos se puede disfrutar de una amplia panorámica.
Vértice geodésico de
“Valdehonduras”, con la torre del depósito al fondo; y su placa con la
advertencia.
Cercanos al de Valdehonduras se pueden encontrar: el
de Los Cerralbos al este, el de La Casquera (Matallanas)
al oeste, Valdegamas (Las Perillas)
y Millaroncillo al norte y Valhondillo y Sierra de la Jara
al sur; todos de más de 400 metros.
de Los Cerralbos al este, el de La Casquera (Matallanas)
al oeste, Valdegamas (Las Perillas)
y Millaroncillo al norte y Valhondillo y Sierra de la Jara
al sur; todos de más de 400 metros.
Fuente:
IGN, www.geamap.com.
Vídeo
sobre los vértices geodésicos: https://www.youtube.com/watch?v=Y1MdtWYNm1s
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