martes, 7 de julio de 2020

El techo de Santa Marta de Magasca

EL TECHO DE SANTA MARTA DE MAGASCA

Por Andrés Alberto Amarilla Toril.
Cronista Oficial de Santa Marta de Magasca

El techo de” es un título que nos evoca a una gran cumbre o una elevada sierra. Para un alpinista, nuestro “techo” marteño le daría para poco más que un pequeño saltito, pero lo cierto es que es el punto más elevado de todo el municipio.
Nuestro pueblo se encuentra enclavado en un relieve más o menos llano: la Penillanura Trujillano-Cacereña. De formas alomadas, no es otra cosa que una llanura moldeada por las fuerzas erosivas, en especial la acción del agua, que ha provocado que tras miles de años, los ríos, arroyos y regatos se hayan encajado en esta unidad paisajística, de tal manera que la uniformidad que suele presentar un llano queda rota por las pendientes que la hidrogeomorfología le imprime. A mayor caudal, mayor encajonamiento. Y, aunque en llano, nosotros también tenemos nuestras cuestas, parecidas a las serranas, si bien para ello haya que partir de o bajar a las “zanjas y tajos” fluviales.
Las cumbres, las mayores elevaciones de esta zona, suelen ser pequeñas montañas de pequeñas sierras que a modo de islas entre el mar peniaplanado, sobresalen para dar otro color al cada vez más prolongado dorado estival. De serranos tenemos poco los marteños, y solo en lontananza, mirando hacia Cáceres (ejemplo de sierrilla-isla), Montánchez, Las Villuercas o Gredos, intuimos las montañas o montañitas. A nosotros nos quedan cerros y poco más. Y en uno de esos está nuestro “techo”, al menos el más cercano al núcleo urbano. ¿Cuál es? Pues no hay que andar mucho para encontrarlo, y tampoco habría que hacerlo demasiado en nuestro pequeño término municipal, cuyo territorio está coronado por un vértice geodésico.
Los vértices geodésicos son pequeñas construcciones hechas con cemento, consistentes en una gruesa base  o pilar cúbico (medio metro de alto por uno de ancho aproximadamente) rematado por un cilindro (algo más de un metro de alto por algo menos de medio de diámetro). La mayoría estaban pintados de blanco, aunque el paso del tiempo ha borrado la huella de la pintura. Una placa metálica situada en la parte frontal indica lo que representan, además de contener una seria advertencia. En España hay unos once mil vértices geodésicos y suelen situarse en los puntos más elevados de una zona.
La historia de estas construcciones, hoy desapercibidas y desconocidas, es reciente.  A mediados de los años setenta del siglo XX, se llevaron a cabo una serie de cambios en la estructura de las redes geodésicas españolas que modificaban las categorías y las órdenes que utilizaban los topógrafos y cartógrafos para elaborar los mapas y trabajar con los sistemas de coordenadas vigentes en esos momentos. A través del Instituto Geográfico y Catastral, el Estado llevó a cabo las construcciones de los vértices geodésicos en sitios estratégicos, desde los cuales se podían establecer los cálculos para las mediciones. La Ley 11/1975, de 12 de marzo, sobre Señales Geodésicas y Geofísicas, establecía medidas de protección y uso para estos pequeños monolitos de cemento:
    - Preámbulo: Las señales geodésicas y geofísicas son marcas o construcciones efectuadas sobre el terreno con el fin de determinar en él, de modo preciso y permanente, puntos sobre los que se han realizado ciertas medidas geodésicas o geofísicas, asociadas a valores numéricos de una u otra índole, deducidos mediante el cálculo.
(…) está justificado calificar los trabajos geodésicos y geofísicos y las señales que como resultado de ellos se instalen en el terreno, como de interés público para salvaguardar así la importante misión y permanencia de la red geodésica nacional, (…).
   - Artículo segundo: Las señales a que se refiere la presente Ley tendrán carácter permanente y serán de los siguientes tipos: Uno. Geodésicas.—Son las constituidas por obras de fábrica, cuyo elemento esencial es un pilar de observación en el que la altura es función de las necesidades de la red.(…).
- Artículo quinto: Tanto las señales como los trabajos para su ubicación, construcción o reconstrucción, mantenimiento y utilización por el Instituto Geográfico y Catastral, se declaran de utilidad pública y estarán bajo salvaguardia de la Ley. (…).
 - Artículo sexto: Las señales son propiedad del Estado, (…).

Su reglamento correspondiente, establecido por el Real Decreto 2421/1978, de 2 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley 11/1975, de 12 de marzo, sobre señales geodésicas y geofísicas, establecía medidas para su custodia y salvaguarda y las competencias correspondientes. En el primer artículo se nos indica lo que señala la placa de la que hablábamos:
-    Artículo 1º. Las señales a que se refiere la Ley 11/1975, estarán identificadas de la siguiente forma: 1. Las Geodésicas: Mediante una placa de forma elíptica cuyos ejes medirán 30 y 20 centímetros, como máximo, con la siguiente inscripción: «Instituto Geográfico Nacional (o Instituto Geográfico y Catastral) vértice geodésico la destrucción de esta señal está penada por la Ley».
-        Artículo 2º: La custodia de las señales queda encomendada a los Alcaldes de los términos municipales en que radiquen, los cuales cuidarán de que no se destruyan, se deterioren o se entorpezca su uso.
                                                        
Nuestro vértice geodésico, el único del término municipal, corona, como hemos señalado, la cota máxima del mismo: 391’169 m. Su nombre es “Valdehonduras”, por ubicarse en esta finca, y se sitúa un tanto escondido, junto a la depuradora y depósito de agua municipal. Su construcción tuvo lugar el 26 de diciembre de 1977.


Datos de la ficha del vértice geodésico “Valdehonduras”. Fuente: Área de Geodesia, Subdirección General de Geodesia y Cartografía; Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. 2020.


Ubicación del vértice geodésico “Valdehonduras”. Fuente: Instituto Geográfico Nacional.

Desde esta zona se divisa una extensa panorámica de la Penillanura, teniendo de fondo las montañas de Gredos al norte, las Sierras de Cáceres al oeste, las Sierras de Montánchez al sur, y Trujillo y las Villuercas al este. Y entre este punto y la sierras los valles de los ríos de la cuenca del Tajo (Almonte, Tamuja y Magasca), cuyos cauces se encajan dando lugar al frondoso y abrupto paisaje de riberos.
Al ser este el lugar más elevado de todo el término municipal, una vez terminado el embalse de Santa Marta, se construyó, junto al vértice geodésico, el depósito de agua municipal, desde donde por gravedad se abastece a todo el pueblo.
Con el desarrollo de los satélites y la tecnología GPS, estos vértices geodésicos han perdido su función original, y han quedado casi como pequeños monumentos que nos indican que desde esos puntos, al menos se puede disfrutar de una amplia panorámica.

Vértice geodésico de “Valdehonduras”, con la torre del depósito al fondo; y su placa con la advertencia.

Con triángulo azul y alguno rojo, los vértices geodésicos de la zona de la Penillanura. 
Cercanos al de Valdehonduras se pueden encontrar: el
 de Los Cerralbos al este, el de La Casquera (Matallanas) 
al oeste, Valdegamas (Las Perillas) 
y Millaroncillo al norte y Valhondillo y Sierra de la Jara 
al sur; todos de más de 400 metros.
Fuente: IGN, www.geamap.com.

Vídeo sobre los vértices geodésicos: https://www.youtube.com/watch?v=Y1MdtWYNm1s

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